Bajo la Lupa

Hace 5 años, nuestro plan de vuelo para la luna de miel era dirigirse a la ciudad luz: Paris. No aprovecharíamos cruzar el atlántico para andar como miles de turistas que brincan de una ciudad europea a otra para aprovechar el viaje tan largo a aquel continente. Era nuestra luna de miel y tranquilamente disfrutaríamos de nuestro viaje y de esa ciudad maravillosa, si acaso saldríamos de Paris solo para visitar algún pueblo o ciudad cercana como Giverny, Champagne y Brujas.
Alguna vez menciones como los aromas te pueden transportar a un sitio, recuerdo que en ese entonces llevé un perfume diferente al Dolce and Gabbanna que suelo usar. Cada vez que vuelvo a usara ese perfume, me vuelvo a sentir como en París, me transporto de inmediato a las caminatas por la cuidad, a las calles encerradas, a los puestos de crepas en cada esquina, al aire fuerte que se sentía en lo alto de la torre Eiffel, a las estaciones del metro, a las calles empedradas de Montmatre con sus pintores, sus museos y sus restaurantes…en un instante puedo viajar de nuevo y recorrer todo lo que durante 10 días de Septiembre conocí y viví.
Conocimos Paris como cualquier o más que alguno de sus habitantes, caminamos, nos subimos al metro, al tren, visitamos todo lo que nuestras fuerzas nos permitían, y digo fuerzas porque llegó un momento en que nos sentíamos tan cansados de devorarnos todos los rincones de Paris que en los últimos días ya no podíamos más. La alimentación debo decir, no era muy buena, ambos somos quisquillosos para la comida y no encontramos un buen sitio donde comer aunque sabemos que en Paris abunda la buena cocina, así que todo lo que teníamos en nuestro estómago eran baguettes, sándwiches y McDonalds (solo comemos en McDonalds cuando viajamos, porque será? Mas vale malo conocido?). Lo más delicioso y rescatable un café y un chocolate caliente en el Café La Paix frente a L'opéra Garnier
Cuando terminamos el viaje pensamos que ya no volveríamos a Paris, lo conocimos de pies a cabeza que nuestro próximo cruce por el atlántico sería a un lugar diferente, hasta el momento no hemos tenido oportunidad, sin embargo, siempre habrá París y soñamos con regresar, mentira que queda tachado de la lista porque ya estuvimos ahí, queremos volver a Paris algún día, tan mágico y especial es que con una sola vez no basta. La torre Eiffel, Montmatre, El Sagrado Corazón, Versalles, El Museo de Louvre, Notredame, Campos Eliseos, Champagne y las cavas de Moet & Chandon, Giverny y la pintoresca casa de Monet, la Opera, el Río Senna, Brujas….incluso Euro Disney ya estuvimos ahí, pero volveríamos.