fb Bajo la Lupa: noviembre 2008

Bajo la Lupa


"Me describe la mirada, me describe el pensamiento, me describe la música en mis oídos, el palpitar de mi corazón y la fuerza de mi respiración, pero lo que mejor me describe es la forma en que contemplo mi mundo"





sábado, noviembre 29, 2008

De Amores Imposibles



No sabía en que forma hablar del libro/película más comentado por todos últimamente si de una forma personal o crítica…lo personal es lo que mejor me sale así que la mayor parte de mis líneas serán al respecto.
Siempre me he sentido atraída por las historias de amor que parecen imposibles, Romeo y Julieta, Kate y Leopold, Maggie y Seth (City of Angels), Chiyo y The Chairman (Memoirs of a Geisha) o Bella y Edward (Twilight)…creo que en el fondo me recuerdan un poco a mi misma…
En mi época de secundaria y preparatoria –y tal vez se rían de mi por esto pero ya se imaginarán mi tediosa vida amorosa- solía tener poco éxito con los chicos, mal correspondida o simplemente ignorada por aquellos en los que mis ojos solían posarse, sabía que no era guapa como la mayoría de mis amigas, así que para mis adentros me inventaba historias, fantaseaba con que alguien “diferente” llegaría, un ser especial que entre todas las chicas bonitas, feas, flacas, gordas, altas o chaparras se fijaría en “MI”, pero ese ser no podía ser alguien ordinario, tenía que ser realmente especial para yo sentirme de la misma manera, especial, tal vez un ángel guardián, un fantasma o incluso un vampiro…era raro que en mi adolescencia pensara en enamorarme de un vampiro pues de muy niña al ir a dormir no le temía a los monstruos del closet o al viejo del costal que se llevaba a los niños, como amenazaban nuestros padres, sino a los vampiros que podrían llegar a mi ventana… probablemente en mi subconsciente, soñar con enamorarme de uno era como defenderme de ese viejo miedo.
Así que con esas fantasías extrañas terminaba por quedarme dormida para despertar al día siguiente consciente que eso no pasaría.
Cuando una amiga me comentó sobre el libro “Crepúsculo” me atrajo el tema pero fue hasta que lo leí que simplemente no podía parar, era como ver esas viejas fantasías plasmadas e incluso, mejoradas, me di cuenta que a veces la madurez, la realidad, la rutina y el tener los pies bien puestos en el cielo (perdón, escribí cielo cuando quise decir tierra, pero he decidido dejarlo pues tal vez mi subconsciente me traicionó) nos hacen olvidar lo excitante que puede ser soñar despierto. Era asombroso como muchas partes del libro me pusieron la piel de gallina, de pronto me sentía que flotaba de nuevo en las nubes, la descripción de los detalles, las miradas, el rechazo/atracción, y el lento acercamiento definitivamente eran para erizar la piel. Me sentía cautivada, esperando un momento de tranquilidad en casa para envolverme en ese romanticismo.
Sí, me gustan las historias de amor que parecen imposibles, me gusta cuando el amor apuesta contra viento y marea y cuando ese ser de apariencia superior cae rendido por alguien común haciéndola especial.

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No fui a ver Crepúsculo, la película, hasta haber terminado el libro, el cual tenía como pendiente desde hace meses…es obvio que en la mayoría de las cintas basada en un libro uno saldrá diciendo “me gustó más el libro” pero habrá que admitir que lo bueno es que respetaron la esencia del libro aunque le faltó esa química especial, la electricidad que se da poco a poco entre los dos personajes principales y que el libro plasma como si uno la estuviera viviendo.
En la cinta Bella es tal cual la imaginaba mientras leía el libro, al igual que Alice Cullen. Edward tiene la esencia pero tal vez le falta la belleza perfecta que en el libro describen y el resto de los Cullen me parecen comunes y corrientes. En el libro me pareció importante algo que la cinta descartó…porque para los Cullen aceptar a Bella, sin importar las diferencias y apoyar a Edward era importante, el cambio que ella había generado en él…en el libro disfruté imaginar el rostro de Edward mientras Bella era invitada por sus amigos al baile, la cena en Port Angeles, el regreso a Forks tras esa cena y el sábado en el bosque pero en la cinta apenas sobresalen unos cuantos minutos..lo sé es cuestión de adaptar todo un libro a menos de dos horas en cine.

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Escrito por Patricia a las 10:59 p.m. 5 han enfocado su lupa

viernes, noviembre 21, 2008

Días Especiales



Hay días especiales en la vida de cada uno de nosotros, algunos se convierten en memorables gracias a algún acontecimiento que nos haya hecho feliz, marcado una pauta en nuestra vida o simplemente que se hayan quedado grabados en nuestra mente por habernos hecho sentir bien.
Yo tengo mis días especiales, pero en estas fechas es cuando más pienso en ellos porque los celebro casi a la par. Esos días tienen que ver con mi sueño de ser mamá y con la alegría de lograrlo. Como muchos de los que me han seguido por años en este blog lo saben, pase años buscando este sueño, luchando por él y cuando mi cuerpo me decía que no cerrándome la puerta, una ventanita se abría ante una opción diferente para conseguirlo.
Un día como hoy hace tres años nació mi hijo mayor, la parte triste es que no puedo decir que recuerdo este día con los típicos achaques de la mujer que está a punto de dar a luz, ni que en mi mente y corazón se grabó el momento en que vi su rostro por primera vez, porque lo conocí dos meses después, sin embargo yo ya sentía su presencia, puedo recordar justo lo que hacía ese día que él nació y lo triste que fue la navidad de ese año para mí porque estaba lejos de la ciudad y aunque no lo sabía con seguridad sentía que estaba lejos de mi bebé. A pesar de que no tenga en mi álbum de recuerdos este día hace tres años, para mi es tan especial porque fue el día que el llego al mundo y el día en que empezó a esperar a poder estar en casa, el día que un angelito fue escogido para llegar en su cuerpo a dar alegría a nuestros corazones.
Y por si eso no fuera suficiente, hace un año exactamente recibimos una nueva llamada, tenía que ver con la llegada de su hermanita, que había nacido tres meses antes y que ya se encontraba lista para llegar a nuestro hogar. Ambas fechas son importantes, inolvidables, con ambos de mis hijos celebramos no solo su nacimiento sino también el día de su llegada a casa porque si en mi mente no tengo el recuerdo de la primera vez que vi sus rostros el día que nacieron, si lo tengo de la priera vez que los vi acostaditos en una cuna mirándonos y esperando nuestros abrazos.

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Escrito por Patricia a las 3:03 p.m. 12 han enfocado su lupa

domingo, noviembre 16, 2008

Ahhhh...




Es imposible olvidar como se siente pisar la arena y sentir que por unos cuantos segundos las olas del mar te cubren los pies, pero cuando lo vuelves a sentir de nuevo, cuando cierras los ojos y no escuchas más fondo musical que el golpe de las olas sobre la arena, no te queda más que suspirar y captar el momento.
Tenía ya más de tres años de no ir a la playa y lo veía como un sueño un poco lejano sin embargo se presentó un viaje gracias a un premio y aunque por un momento creí que nuestro viaje se vendría abajo gracias a la línea Aladia que cerró operaciones a unas semanas de partir quedándose además con nuestro dinero, pensamos que aún así valía la pena hacer una nueva reservación con otra línea pues las estadía gratis y todo incluido en el hotel de Cozumel valían la pena.
Así que en pleno mes de noviembre tomamos las que parecen todas unas vacaciones de verano, volamos a Cancún y de ahí en ferry a Cozumel, fue una experiencia diferente, nunca habíamos ido a la playa con niños y además por la temporada había cosas que nos parecían extrañas como el hotel semi desolado y los horarios de poca luz de día.
Con los niños nos fue mejor de lo que hubiera creído, se adaptaron fácilmente al trote, jugaban en la arena largo rato y cuando el cansancio los vencía se tiraban en un camastro bajo la palapa mientars nosotros podíamos tomar el sol y también unas bebidas, además de platicar tranquilamente, sin prisas, sin más ruido que el mar.
Los horarios eran extraños, a las 5:00 PM empezaba a oscurecer lo que nos obligaba un poco a subir al cuarto y prepararnos para la cena la cual hacíamos regularmente a las 6 o 7 de la tarde, pero eso sí al llegar las 9 de la noche ya estábamos plenamente dormidos para despertar a las 5:30 AM y empezar nuestro día temprano, una diferente forma de disfrutar y descansar.
Un día decidimos rentar un jeep y recorrer todas la costa, llegamos hasta la punta de la isla donde hay playas realmente hermosas, cristalinas y sin un metro de urbanización cerca, ahí nos bajamos un rato, tomamos el sol y jugamos en la orilla con la arena, después llegamos a comer a un sitio llamado Coconuts al que hay que subir varias escaleras para poder desde lo alto apreciar el océano y dicen que por las noches, hasta se logra ver los reflectores iluminando Cuba la cual se encuentra desde ahí a solo 90 millas.
Ahora estamos de vuelta a la realidad, con las baterías recargadas y esperando que para volver, no tengan que pasar varios años de nuevo.

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Escrito por Patricia a las 9:56 a.m. 5 han enfocado su lupa

lunes, noviembre 03, 2008

Quince años despues...habrán pasado los años?



Es increíble pensar que ya pasaron 15 años…la verdad yo siento como si el tiempo se me hubiera ido como agua ente las manos.
Pertenezco a la generación 1993 de Comunicación, fuimos un grupo muy peculiar puesto que éramos muchos y como en todos lados, había diferencias muy notables entre todos, algunas diferencias aun son evidentes hoy en día pero en lo personal puedo decir que tome lo mejor de cada quien.
Pasan los años y creemos que no hemos cambiado, físicamente se notan los años pero debo decir que a pesar de las canas, los kilos de más, las arrugas hemos mejorado muchísimo y aunque el tiempo y nuestras historias personales nos hayan hecho cambiar en el fondo, la esencia de cada uno sigue igual.
A pesar de lo cansado que puede ser organizar una reunión de generación, tras el resultado, vale la pena estar involucrado en algo que trae consigo emociones, recuerdos y reencuentros anhelados. Recorrer de nuevo salones, pasillos y caminos que ahora parece, con tantos cambios, nuevos, pero que en realidad nos hacen sentir que nunca nos fuimos de ahí fue una sensación extraña pero agradable.
Cuando éramos estudiantes tomábamos clases con el sonido de los martillazos al fondo y recorríamos el edificio entre andamios, bultos de cemento y tierra, estaba en plena construcción todavía y no tenía los avances tecnológicos ni facilidades que ahora tienen, es una lástima porque hubiera sido genial tener toda la comodidad con la que ahora cuentan pero también siento que podemos contar innumerables historias de cómo la universidad fue creciendo.
A muchos tenía prácticamente todo ese tiempo o al menos 10 años sin ver, y de pronto ahí estábamos de nuevo sentados tomando la clase del recuerdo y mirando viejas fotos, riéndonos de cómo nos veíamos cuando teníamos 20 años, acordándonos de anécdotas, escuchando la carcajada de alguien como cuando estábamos en clases años atrás, sintiendo de nuevo el respeto y cariño de aquel compañero que siempre estuvo atento a los demás, escuchando a las aplicadas de la clase hablar como solían hacerlo antes….definitivamente me sentí afortunada de estar ahí formando parte de ese grupo, tal vez si no lo hubiera hecho yo otro más hubiera propiciado el reencuentro pero al final fui parte de eso y terminé más que satisfecha al respecto.

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Escrito por Patricia a las 5:48 p.m. 6 han enfocado su lupa