Bajo la Lupa
jueves, julio 21, 2005
Día 5: Como si Nunca me Hubiera ido...
Miércoles 13 de Julio.
Esta mañana era la última que despertábamos en Banff. El plan era salir del hotel, ir a desayunar y caminar un poco por el pueblo antes de irnos a Calgary.
Es asombroso como se puede disfrutar de un lugar así siendo dueño de tu propio tiempo y puedo decir que a pesar de que no es mi primera vez aquí lo he disfrutado aun más que otras veces porque o ya no vengo en los tours organizados especialmente para turistas, como en mi primera visita, o en compañía de tanta familia como en la segunda o en transporte escolar como cuando fui estudiante en Calgary. Ahora que tranquilamente puedo sentarme en una banca y ser dueña de mi horario, me causa gracias ver en especial a los turistas japoneses, que son quienes andan principalmente en este tipo de tours. Francamente me parece que están estresados hasta en vacaciones. No exagero pero parecen una parodia de ellos mismos en vivo y a todo color.
De pronto llega un autobús y rápidamente bajan alrededor de 50 japoneses apurados, hablando entre sí y tomando fotografías de manera acelerada a todo lo que tiene aspecto de postal, caminan por todo el lugar y en menos de 15 minutos ya están de nuevo en el autobús hacia otro punto turístico...y yo me considero acelerada??
A media mañana nuestro siguiente destino era Calgary.....se acabaron los paisajes ahora era volver a Calgary....
Mi sentimiento era una mezcla de nostalgia, excitación, nerviosismo y un poco de temor en volver a encontrar en esta ciudad ese sitio cómodo y tener que dejarlo de nuevo. Una vez que llegamos, lo primero fue entregar el carro que habíamos rentado y empezar a movernos con nuestro propio pie. Creo que la mejor manera de conocer un sitio, es involucrarse en su propio ritmo de vida y utilizar los medios de transporte que utiliza su gente.
Nuevamente volví a sentir esa buena vibra que se siente en esta ciudad por su gente, por su nivel de vida, por su falta de temor hacia los otros. Aquí todos se sonríen en la calle, hay confianza en los demás y uno siente una seguridad que es difícil sentir ya en nuestros días en México. Calgary aun conserva ese mismo olor, ese ambiente que parece no cambiar con los años. Por ser semana se “Stampede” uno se vuelve loco en las calles por ver tanta fiesta, tanta gente vestida como cowboys y tanta alegría.
Parece como si nunca me hubiera ido. De pronto tenía la sensación que en cualquier momento podría tomar el camión número 3, ira hacia la avenida 21 y llegar a casa y encontrar ahí a mi tía esperándome; o que en cualquier esquina encontraría una cara amiga, algún compañero de escuela como en los viejos tiempos. No exagero, les puedo asegurar que es la sensación que llegue a tener por momentos.
Pocas cosas han cambiado, ese monumento de los dos hombres conversando en Stephen Walk...,“La casa de la salsa” sigue en la misma avenida, ese local de comida china en Eaton Centre, la tienda de discos, el bar irlandés,... todo igual que hace años.
Realmente esto es algo que durante años he llevado muy dentro de mi, me encanta sentir esa sensación de caminar entre tanta gente de tantas razas y culturas diferentes y que todos se traten de la misma manera, sin diferencias ni distinciones. Latinos, Chinos, Europeos, Canadienses, Musulmanes, Africanos, Indígenas.... Tal vez sea difícil entender porque deseo tanto volver a esta ciudad. Es muy comúnl decir que uno quiere vivir en un lugar lindo, en una playa paradisíaca porque uno añora las vacaciones que tanto nos gustaron, pero para mi es algo más, yo tuve una rutina aquí y me gustaba mi rutina, me gustaba esta sensación de seguridad.
1 Comments:
Ay si, me imagino lo padre que debiste de sentir, y a la vez algo confusa, con eso de que te daba la sensación de que no habia pasado el tiempo... pero lo importante es que volviste!, que parecia como si te hubiera estado esperando todos estos años, y que ahora lo compartiste con la persona que amas.
Ayyyyyy que picada estoy!, sigue sigue!
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